Un complejo monástico compuesto por el Monasterio Viejo, primer panteón real del Reino de Aragón y máximo exponente del románico aragonés, el Monasterio Nuevo, ubicado en una hermosa pradera, y el Centro de Interpretación del Paisaje Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel.
El conjunto monástico de San Juan de la Peña comprende dos monasterios: el Viejo y el Nuevo que están situados a 1,5 km de distancia.
El origen del Monasterio Viejo de San Juan de la Peña no está documentado hasta el s. X, momento en el que se funda, tal vez sobre un refugio de eremitas incrustado en el abrigo de la roca, un pequeño centro dedicado a San Juan Bautista. En el primer tercio del s. XI, el monasterio fue refundado bajo el nombre de San Juan de la Peña por Sancho el Mayor de Navarra quien introdujo la nueva regla de San Benito. A lo largo del siglo XI, el monasterio se fue ampliando y se convirtió en el primer panteón real del Reino de Aragón. El Monasterio Viejo de San Juan de la Peña sobresale por su emplazamiento incrustado en la roca y por la maestría constructiva, escultórica y pictórica con la que se levantaron el claustro románico del s. XII y su galería de capiteles labrados, la iglesia prerrománica, las pinturas de San Cosme y San Damián, el Panteón de Nobles, la iglesia superior, consagrada en 1904, y la capilla gótica de San Victorián.
Un incendio sucedido en el Monasterio Viejo en 1675 motivó el comienzo de la construcción del Monasterio Nuevo de San Juan de la Peña. Esta nueva edificación de estilo barroco está emplazada en una bella pradera de San Indalecio y, frente a su iglesia, también se encuentra el Centro de Interpretación San Juan de la Peña y Monte Oroel, un espacio para conocer la geología, flora, fauna y diversidad de ambientes de este entorno con tan alto valor histórico y natural.
La visita al Monasterio Viejo y Nuevo de San Juan de la Peña puede completarse con rutas de poca dificultad por los senderos de la zona.